viernes, 26 de febrero de 2010

Mira tú...


Hoy, a eso de las dos de la tarde, me di cuenta que los días nublados son un remedio excelente para mi ser. Primero, cuando desperté y me di cuenta que el cielo estaba de un gris precioso casi grito de felicidad. ¡Chao chao calor! Al menos por un día. Al parecer, el hecho de que no se vea el Sol hace que mi Ale interior brille más intensamente, para compenzar esa calidés que no recibe.


¡ESTOY FEELIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIZ!



Eso. (: