sábado, 27 de marzo de 2010

Quichral

- Veo, pequeña amiguita, que tienes muchas preguntas... Pero primero que cualquier cosa o cualquier respuesta lo que tú necesitas es cambiar esa tristeza en tus ojos por un maravilloso brillo de alegría... ¡¡Quichral!! ¡¡Quichral!!
















En ese minuto apareció ante ellas un ser maravilloso. La luz que irradiaba era alegre y de colores fantásticos. El ambiente se llenó de un calor acogedor y una risa invadió todo el lugar...

- ¿Por qué me llamaste, Tue...? Pero que veo aquí... Tienes al lado tuyo a un ser que se ve un poquito triste... ¿Cómo te llamas, amiguita?

- Quichral, ella está perdida, pero tú y yo sabemos que es lo que necesita ahora...

- ¿... me pueden decir quién soy?

- Primero me voy a presentar. Mi nombre es Quichral, soy el fuego de la alegría y creo que eso es lo que te falta, pequeña amiga.

Comenzó un baile hermoso. La música lo invadió todo. La alegría se apoderó de las tres... Nadie sabe cuanto tiempo pasó, pero llegó la noche y el cansancio...

- Te vamos a acompañar esta noche. Duerme tranquila, el calor de Quichral y mi protección harán que esta noche no pase nada malo. Descansa pequeña, mañana conocerás a alguien que te dará las respuestas que tú necesitas...